A las 3:34 de la madrugada del sábado 27 de febrero de 2010, la tierra se movió fuertemente, en el centro-sur de Chile. Era un gran terremoto, esta vez acompañado de un tsunami. Alcanzó los 8.8 grados Richter, convirtiéndose en el primer gran terremoto en la región durante el siglo XXI.
En el siglo XX, dos grandes terremotos habían asolado la ciudad. El primero tuvo lugar el 24 de enero de 1939 y es conocido como el «Terremoto de Chillán», pues la destrucción en esa ciudad fue casi total; y el terremoto de mayo de 1960, que en realidad fueron tres sismos, entre el 21 y 22 de mayo de ese año. Es conocido como el «Terremoto de Valdivia», porque en esa ciudad fue acompañado de un devastador maremoto, que tuvo graves consecuencias incluso sobre el paisaje.
El terremoto de 2010 produjo salidas de mar, en zonas específicas de la Región, como Dichato, Talcahuano, Llico y Tirúa. En Concepción causó 50 muertos y la destrucción de varios grandes edificios de la ciudad, los cuales quedaron inhabitables y debieron demolerse, como en el caso de la torre Libertad y, el más emblemático, pues cayó violentamente y quedaron en él personas atrapadas, fue el edificio Alto Río, ubicado en calle Los Carrera, cerca del río Biobío.
El terremoto también dañó pavimentos e infraestructura de transporte. Como un dominó quedó tendido sobre el río el Puente Carretero, inaugurado en 1943, llamado «Puente Viejo», el cual fue reemplazado por un puente mecano provisorio y luego otro definitivo cuyas obras, por múltiples dificultades, aun no se completan.
En general, la ciudad resistió bien el terremoto. Los eventos previos de 1939 y 1960 habían dado origen a una ciudad moderna, de calles amplias y avenidas, con mucho fierro y cemento en sus edificaciones, de manera que, en general, se dañaron las construcciones más antiguas o las situadas en lugares inadecuados. Por semanas, además, no pudo normalizarse en diversos barrios el suministro de agua, luz y otros servicios. El terremoto dio lugar, naturalmente, a una revisión de la normativa y de los mapas de riesgo, a fin de mejorar los estándares y reconocer el crecimiento de la ciudad.
Las escenas más penosas se vivieron en localidades como Dichato o Talcahuano, donde la fuerza del mar provocó gran destrucción y arrebató muchas vidas. Su reconstrucción, por fortuna, fue relativamente rápida y, en varios aspectos, se mejoraron las condiciones de habitabilidad y seguridad previas al sismo.
Uno de los aspectos más lamentables del sismo, fue el llamado «terremoto social», esto es, los saqueos que siguieron en los días siguientes; muchos no motivados por la necesidad, sino por el afán de pillaje y descontrol social que suele asociarse a estos eventos. Los vecinos debieron organizarse y los barrios se cerraron en improvisadas barricadas. Se determinó la dictación de un estado de excepción y la llegada de militares y marinos a controlar las calles, hasta recuperar la normalidad. En un sentido positivo, resultó encomiable la labor de Carabineros, Bomberos, las iglesias y múltiples instituciones que canalizaron la ayuda. También muchos vecinos tuvieron actitudes generosas, incluso heroicas, que se recuerdan con ocasión de cada aniversario del primer gran terremoto del siglo XXI.
BIBLIOGRAFÍA DEL TERREMOTO
Como ocurre cada vez que hay un evento traumático o extraordinario, surge la necesidad individual y colectiva de registrar y contar lo sucedido, como una forma de procesarlo y asegurar su lugar en la memoria. Existe una amplia bibliografía sobre terremotos en la zona de Concepción (V., Armando Cartes, Biobío, Bibliografía histórica regional, 2014), que resulta de la conocida abundancia de eventos de esta clase, desde tiempos coloniales. A ella se agregó una serie de obras específicamente asociadas al evento del 27 F, que a continuación listamos a manera ejemplar y además, agregamos sus portadas.
1. García-Huidobro C., Joaquín, Herrera A., Hugo y Mansuy H., Daniel. 8.8° Escombros en el Bicentenario . Instituto Democracia y Mercado, 2010.
2. Aravena, Francisco y Sepúlveda, Alfredo, Nuestro terremoto, el camino de reconstrucción de una empresa y la comunidad después del 27/F, Celulosa Arauco y Constitución, Santiago, 2011.
3. Cap Acero, 27 F, 2010, Terremoto y reconstrucción, Impresos Valverde Hnos. y Cía., Concepción, 2010.
4. Saavedra Villegas, Rolando, Secuelas 27 F 10, Editorial Al Aire Libro, Tomé, 2011.
5. Hilda Basoalto M. y Patricio Mora A., Escombros simbólicos y espacio público. Una nueva belleza, Editorial Al Aire Libro, Tomé, 2012.
6. Weitzel, Ruby, Dichato, lo que dejó el mar, Editorial Forja, Santiago, 2011.
7. Nuestra catástrofe, nuestro renacer, testimonios USS-27F, Universidad San Sebastián, Concepción, 2012.
8. Basso, Carlos, Crónicas del 27/F, Diario El Sur, Concepción, 2012.
9. Ivonne (seudónimo), Terremoto, la pesadilla de los siete días, autoedición, San Pedro de la Paz, 2011.
10. Riffo Marabolí, Nelson y Toloza Jiménez, Victor, 27/F, Al Aire Libro Editorial, Tomé, 2009.
11. López Hormazábal, Guillermo, Nicolás Holloway Guzmán y Myriam Olguín Tenorio, Edición y compilación, Terremoto y maremoto en el Chile de 2010, Memoria, trabajo comunitario y participación, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Concepción, Concepción, 2013.
12. Zamorano, Pedro Emiliano y García, Guillermo, Monumentos escultóricos de Talca. Historia, terremoto y restauración, Dibam, Talca, 2015.